Hace un par de días, Ángeles González-Sinde acudió al plató de Buenafuente para ser entrevistada a propósito de esa ley infame que ha impulsado y que lleva su nombre, y de la que han corrido ríos de tinta… electrónica. La primera impresión que tuve fue que la entrevista resultó muy aburrida. Tanto, que no la seguí del todo (la vi en La Sexta 2 y me pilló cenando) y he tenido que volverla a ver para poder opinar con conocimiento. No soy muy dado a lanzarme al teclado a opinar nada más ha tenido lugar el suceso que sea. Prefiero dejar que las cosas reposen y si mis impresiones permanecen y encuentro argumentos para sustentarlas, me decido a comentar. Por eso, esta entrada parecerá que llega muy tarde, sobre todo después de la marabunta que se montó en Twitter, que a este paso corre el peligro de convertirse en un nuevo Forocoches.
Vaya por delante que Andreu Buenafuente me parece un profesional cojonudo, al igual que Berto Romero (que aunque no tuvo nada que ver con la entrevista ha recibido algunas hostiejas de rebote). Obviamente no siempre me gusta todo lo que sale en el programa, pero es uno de los mejores shows que hay ahora en televisión. De hecho, me gusta más el tono que tiene ahora que cuando salían los actores de El Terrat a hacer el canelo (no tengo nada en contra de Silvia Abril, pero el personaje de la niña de Shrek me pone de los nervios).
La entrevista estuvo aburrida y a ratos bastante floja. Y el problema no fue de Buenafuente, sino de su invitada. Invitar a un político es lo que tiene, y más cuando vienen a hablar de política. Todo lo que le digas lo va a llevar a su terreno. Gallardón es un maestro en eso. Por cierto, una entrevista de Buenafuente a Gallardón seguro que daría mucho juego… pero me estoy desviando. En el caso de la ministra Sinde la cosa es aún peor. Porque si hay algo peor que un político es un político advenedizo. Los políticos son gente que sin dedicarse a nada en concreto tienen que hacer como que son maestros de todo (un Ministro de Sanidad no tiene que ser médico). Pero esa es su labor. Irónicamente, cuando un político proviene del ejercicio profesional de su campo, es aún peor, como es el caso de una Ministra de Cultura que proviene de una industria cultural.
La Sinde, para colmo, jugó a dos bandas. Al principio ejerció de guionista, y quiso equipararse a Buenafuente en plan cómico, soltando algún chiste sobre él y David Letterman (qué manía tienen los políticos de ir en plan humoristas, es la única vez que no tienen ni puñetera gracia). Para colmo, la ministra soltó una perla para enmarcar: «Soy una ministra y los ministros tenemos que decir la verdad». En ese momento, supe que la entrevista no iba a valer gran cosa.
Buenafuente, en cambio, empezó bien. Hizo un chiste sobre el parecido de Enrique González Macho con Francis Ford Coppola, calificando al primero de copia pirata del segundo. Esa ironía, ese humor sutil y bastante blanco pero acertado, es lo que me hubiera gustado ver más a menudo. Pero a partir de ahí nada de nada. La ministra se limitó a repetir su discurso y a intentar convencer al personal de lo importante que era su ley y lo buena que iba a ser para todos.
En el fondo Buenafuente estuvo acertado. Intentó profundizar más allá de lo que se dice siempre sobre estas cosas. Pero como digo, González-Sinde es política, y a cada pregunta soltaba su pieza de discurso, que parecía traer aprendido de casa, sin importarle el matiz de la pregunta. Ocupando el cargo que ocupa, y siendo la cadena que es, no faltó gente que hablaba de entrevista pactada, trato de favor, lavado de imagen, etcétera. Yo también lo he pensado, aunque es cierto que dentro de la afinidad La Sexta-PSOE, en el tema descargas y Ley Sinde los de Mediapro no han cantado las alabanzas del Gobierno precisamente.
Hay muchas cosas que se pueden objetar de la entrevista, pero en su mayoría son relativas al discurso de la entrevistada, que pretendía hacer creer que de no ser por la Ley Sinde no habría oportunidades de distribuir cine y música (de forma legal y todo lo que tu quieras) a través de internet. Rebatir todos los argumentos daría para muchas entradas. De entre todo lo que dijo, solo dejaré dos apuntes:
- No es lo mismo la cultura que la producción cultural. Equipararlas demuestra que se tiene en mente un criterio económico por delante del puramente cultural y social.
- Hay muchas más formas de financiación aparte de pagar a tocateja por cada contenido. El discurso de la industria parece entender que si no es de esa forma no es legal.
Buenafuente no pudo hacer gran cosa con una entrevistada así. Buscó la cara amable y le dio la oportunidad de explicar sus argumentos, del mismo modo que en su momento trajo a David Bravo (aunque esa entrevista la hizo Berto Romero porque Andreu no pudo presentar el programa). En ese sentido, la acción de Buenafuente (dejar que todos expongan su punto de vista) es digna de alabanza, aunque en este caso lo que dijo esa señora me lo conociera de memoria. La entrevista fue amable, como digo. Podría haber tirado más de ironía y retranca, pero aparte de eso no se le puede pedir a un late night de humor una entrevista como si fuera un debate político. Buenafuente no es Ana Pastor, aunque mira por donde, bien valdría la pena pagar por ver una entrevista de Ana Pastor a González-Sinde. Quizá sí que se le podría haber pedido que fuera más incisivo. Podría haberle dicho a la ministra lo mismo que le dijo Berto a David Bravo: «mi disco duro echa humo» (se entiende que si hubiera estado Buenafuente, le habría dicho lo mismo o algo muy parecido). Comparando las dos entrevistas puede parecer que los guionistas aplican eso del doblepensar.
Con todo, Buenafuente fue listo y jugó bien sus cartas, por ejemplo anticipándose a esa demanda de sangre que querían sus seguidores de Twitter. Simplemente, se nota que con algunos invitados tiene más sintonía que con otros, y con Ángeles González-Sinde es difícil tener sintonía. Pasó algo parecido cuando trajo a la gente de Malviviendo (precisamente a petición de los internautas), que se notaba que no los conocía tanto como a otros invitados. Pero insisto, se notan las tablas y la calidad de Buenafuente. Que yo entrevisté a David Saiz par el blog y ya quisiera haberle hecho una entrevista la mitad de la mitad de buena que la que les hizo él en su programa.
A la ministra Sinde sólo me queda aconsejarle una cosa. Los niños tienen cierta sabiduría de la que conviene hacer caso. Escuche usted a su hija («Mamá, desapúntate de ministra»).